En el maravilloso mundo de los «sin gluten», a menudo me encuentro inmersa en la búsqueda de postres seguros y deliciosos, una búsqueda que muchos padres enfrentan para sus hijos. Los rostros de pena que vemos en los pequeños cuando observan a otros niños disfrutando de postres tradicionales son un recordatorio constante de la sensación de exclusión que experimentan… y si, para los adultos también.

Como madre y pastelera, esto me motiva aún más a ofrecer opciones dulces y libres de gluten que todos los niños puedan saborear con alegría. Mi objetivo es que ningún niño tenga que experimentar esa tristeza al disfrutar de un postre y que todos podamos compartir la felicidad que proviene de esos momentos dulces y memorables en familia.